viernes, 29 de noviembre de 2013

Acompañanos mañana, en nuestra tercera emisión.

Tendremos noticias, efemérides, la recomendación literaria de la semana en la voz del escritor Timo Viejo —quien estará hablando de "Rojo" de Martín Rangel—, además escucharemos un poema del gran Fernando Pessoa y algo de música. Acompañanos mañana sábado, en punto de las 10 de la mañana por 98.1 y 106.9 FM, o por internet a través de http://tunein.com/radio/Hidalgo-Radio-981-s90250/

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Una nota, enviada por una de nuestras radioescuchas

Itz Papalotl

En una ciudad que se está volviendo tan grande y poblada como solitaria, me encaminaba a mi recorrido sabatino acostumbrado. Hoy tomé las providencias debidas, así que al llegar a la avenida Juárez ya tenía el aparato de radio en mis manos y el auricular en su lugar correspondiente. Eran las 10:30 de la mañana. Sintonicé la estación y escuché con agrado que la voz que mencionaba al "Bibliófono" confirmaba mi acierto al encontrar el programa que deseaba. Avance sobre la acera al mismo tiempo que me enteraba de todas las efemérides literarias del mes, me recriminé no conocer ni la mínima parte de esa información, o tal vez solo no la tenía fresca en la memoria, pensé para justificarme.

Atravesé la calle y tomé avenida Revolución como todos los sábados desde hace un par de meses. Debo trasladarme de la Universidad dónde doy clases muy temprano, al bachillerato donde continúo con mi labor docente y que se ubica en el centro de la ciudad. Subí la banqueta y una voz amigable y conocida invitaba a escuchar “El Recado” cuento de Elena Poniatowska en la voz de su autora. Hice uso de mi poca capacidad de concentración y escuché atentamente.

Fue en ese momento en que con cada paso y cada frase envuelto en la bruma matinal el recuerdo se me vino de golpe y lo extrañé. Volví a pensar en él, despacito, como dibujándolo dentro de mí, y me di cuenta que al caminar mis brazos colgaban inútilmente a lo largo de mi cuerpo y me acordé de cuantas veces lo hubiera querido abrazar. Me pregunté si sería posible que se hubiera dado cuenta de que, en todos y cada uno de mis desconcertantes silencios habitaba un te quiero.

Se apagó la voz de Elena, finalizó la avenida Revolución y yo volví a mi solitaria y silenciosa existencia, aunque, creo que de reojo alcancé a ver sobre un muro, unas flores azules que tenían hojas como espadas.